James Naughtin, con apenas 30 años, se encuentra frente a frente con su cadáver, listo para la autopsia que preparan los médicos forenses. Ante su cuerpo, James recuerda los acontecimientos de su vida, las decisiones que le han llevado hasta la mesa metálica del depósito de cadáveres: su inicio en la industria del porno, sus abusos con las drogas, su descontrol con el sexo, la incapacidad de amar...

El placer de la provocación indaga en la humanización de esos dioses del Olimpo, ídolos de masas, iconos sociales de lo inhumano. Indaga en la cultura de un ocio sin cultura. Indaga en la soledad absoluta del ser humano en busca del amor. Frente al espejo de la ficción que muestran en las redes sociales, la ficción que muestran en sus fantasías, queremos mostrar la dolorosa soledad universal que hay detrás de aquello que admiramos y envidiamos a partes iguales.