Un pueblo acoge la llegada de una extranjera, una refugiada. Una madre hospeda a la forastera en su casa, donde vive con sus dos hijas. La madre debe mantener a sus hijas en aislamiento debido a una extraña alergia, cuyo costoso tratamiento ha sido pagado ‘altruistamente’ por sus vecinos. La forastera no dejará indiferente a ninguno de los habitantes de este pueblo llamado Pecado, quienes tratarán de conocerla sin darse cuenta de que, en lugar de eso, se están dando a conocer ellos mismos.